Monica´s Wedding Diary: CRONICA DEL DÍA MÁS ESPECIAL DE MI VIDA ULTIMA PARTE!

Llegaba el momento de la tarta, fue muy bonito, y lo más gracioso, que sale en el video, es cuando el metre nos dijo que Sam me tenía que coger a mi en brazos, y yo dije que no, dije textualmente “que no me coje ni de coña, que no puede… jejejjeje”, y si que pudo, y me cogió para que yo llegara al final de la tarta y pudiera coger los novios. Luego la tartita, con la espada a darnos de comer el uno al otro, y luego el metre se inventó que iba a el baile, sin haber tomado el café ni siquiera ni la tarta, así que nos fuimos a hacer el baile. Habiamos dado 3 clases con un profesor de baile, y la canción que bailamos fue la de I DONT WANT TO MISS A THING de la peli de ARMAGEDON. El baile no nos quedó como en casa, pero quedó muy bonito, y al final hicimos una caída con besito. La gente aplaudió muchiiiisimo la verdad, y no me dio tanta vergüenza como habíamos pensado.

Luego vino el momento de los ramos, ahí el metre también me puso de mala leche metiéndome prisa, le íbamos a dar mi ramo a mi hermana, otro ramito pequeña a la hermana de Sam y unos muñequitos que habíamos comprado para la tarta a Bego, pero la canción ya había empezado y el metre que no podía sacar los muñequitos de la cajita, jejeje. Bueno cuando empezamos dimos varias vueltecillas al salón, y luego le di el ramo a mi hermana, que se puso a llorar como una magdalena, la pena es que no tuvimos casi tiempo de disfrutar este momento, porque entre que yo estaba nerviosa, y que habíamos perdido mucho tiempo con el metre abriendo la cajita.. pues no había mucho tiempo, y de eso me arrepiento, de no haber pasado más tiempo ahí haciéndome fotitos con mi niña. Luego el ramo a la hermana de Sam, que se emoción mucho, y luego a mi amiga los muñequitos de la tarta, que también se emocionó mucho. Después de eso ya pudimos pasar más tiempo hablando con los invitados, y creo que no me dejé ninguna mesa por visitar, de eso me alegro, ya iba avisada por mi hermana y por una amiga que se casaron el año pasado de que ellas se arrepintieron de no poder pasar tiempo con algunas de las mesas, que se les pasó, la verdad es que cada uno tiramos para los nuestros, y eso no lo podemos evitar, pero por lo menos me acordé de esto y visité todas las mesas.

Habíamos contratado una animadora para los niños, que era la hermana de una amiga, la del coche, y a los ingleses les pareció divertidísimo, tanto que acabaron casi todos con las caras pintadas, la pobre animadora se pasó más rato pintando a los mayores que a los niños, jeje.

A partir de ahí ya bailamos, hablamos con la gente, pedimos canciones (Paquito el Chocolatero, por petición de Sam) y nos lo pasamos en grande. Llegábamos a casa a las 10 de la noche, cansados, pero muy muy felices. Fue un día muy especial, y creo que hasta que no lo vives no entiendes lo especial que es ese día aunque te lo diga todo el mundo.